Hay una agricultura intensiva, agrotóxica e insana y otra ecológica, saludable y natural. En la primera se utilizan todo tipo de sustancias químicas, sintéticas y/u organismos modificados genéticamente (OMGs) como fertilizantes, plaguicidas, herbicidas, etc. mientras que en la segunda esas prácticas están prohibidas y solo se utilizan los medios y recursos que la naturaleza nos ofrece y respetando los ciclos, la diversidad y la actividad biológica del suelo. Lo que se consigue utilizando  métodos agronómicos, biológicos y mecánicos. 

La agricultura ecológica, además de perseguir la sostenibilidad ambiental , tiene como principal objetivo la obtención de alimentos saludables, de mayor calidad nutritiva y exentos de sustancias químicas dañinas para el organismo humano y el medio ambiente. Con especial atención a mujeres -por sus particularidades hormonales- y a niños y niñas, desde la lactancia hasta la adolescencia, por ser organismos en fase de desarrollo. 

Es fácil suponer la enorme resistencia que la agricultura intensiva (muy vinculada a intereses de las grandes multinacionales químicas y agroalimentarias) opone al imparable crecimiento de la agricultura ecológica. Aducen, para ello, que el valor nutricional de los productos obtenidos por una y otra opción no presenta diferencias significativas. Y aunque pudiera aceptarse ese extremo (pese a no existir consenso científico, al respecto) lo que está fuera de toda discusión, y avalado con miles de estudios y análisis diarios en todo el mundo, es que los productos ecológicos no contienen restos de sustancias químicas sintéticas (plaguicidas, herbicidas, etc.) por la elemental razón de que no se utilizan para su producción. Así de sencillo y así de saludable. 

Al ser muchos los intereses económicos en juego y la tentación de engañar o despistar al consumidor con triquiñuelas comerciales, la UE reguló la agricultura ecológica a partir del 1 de enero de 2009 por el Reglamento (CE) 834/2007 del Consejo de 28 de junio de 2007 sobre producción y etiquetado de los productos ecológicos. En él se detallan de manera específica las técnicas autorizadas en este tipo de cultivo y la exigencia de que los  productos ecológicos deban llevar obligatoriamente el sello oficial que los certifican. 

En MIAU todos nuestros productos para la mujer y la infancia están elaborados con materiales textiles certificados ecológicamente por nuestra convicción de que LA INFORMACIÓN ES PODER Y LA ECOLOGÍA SALUD.