El 17 de agosto, en plena ola de calor y aprovechando que el personal estaba de vacaciones, la Comisión Europea autorizó, como quien no quiere la cosa, nuevos productos transgénicos dentro de la UE: tres maíces, dos semillas de soja, uno de colza y una de ALGODÓN. Estos permisos se otorgan por una década y aunque no se pueden producir en la UE sí pueden comercializarse como alimento para animales, pienso y tejidos. 

La situación del Ejecutivo Comunitario, es tan chusca que, a falta de consenso entre los expertos de los gobiernos, se opta por preservar la producción por los posibles peligros que pudiera acarrear pero desplazando la incertidumbre y el riesgo potencial a los consumidores.

El algodón genéticamente modificado está diseñado (de manera absolutamente artificial y al margen de cualquier lógica evolutiva y natural) para producir toxinas insecticidas o protección respecto de ciertas plagas y enfermedades de la planta. 

Lo peor de este tipo de decisiones y manipulaciones genéticas es que anteponen los intereses comerciales a los de la salud y protección de personas, animales y plantas. De hecho, La Universidad Autónoma de México ha advertido que los transgenes pueden tener un impacto en el ecosistema natural ya que podrían llegar al genoma de las plantas silvestres dado que “los resultados muestran que los genes que ‘escaparon’ de los cultivos de algodón, con funciones como la tolerancia al glifosato y la resistencia a las plagas, tienen efectos fisiológicos inesperados con consecuencias evolutivas y ecológicas”, ya que “estos efectos alteran también las interacciones de otros organismos con la planta, y comprometen la conservación a largo plazo de la especie”.

Lo alucinante de este despropósito es que el algodón modificado genéticamente no evita que sea necesario usar productos químicos, a veces en altas cantidades y con graves riesgos para la salud, como advierte la OMS, ya que no puede impedir intensos ataques de otras plagas secundarias.

¿HAY ALTERNATIVA ECOLÓGICA A ESTE ATAQUE A LA NATURALEZA Y LA BIODIVERSIDAD? 

¡Pues claro que la hay: El algodón ecológico de toda la vida, que además de demostrar que respeta el medio ambiente, salvaguarda la biodiversidad, preserva la salud de los consumidores y productores y mantiene una relación de calidad/durabilidad/precio que lo hace rentable. Por todas esas razones, nuestra apuesta es por producir prendas, para bebés y mujeres, elaboradas con algodón ecológico y certificado GOT. 

Para quienes sientan la curiosidad por indagar más en los riesgos de esta amenaza para la naturaleza y la vida, dejamos un enlace ilustrativo que ayuda a comprender por qué LA INFORMACIÓN ES PODER Y LA ECOLOGÍA VIDA.

https://elcomercio.pe/blog/expresiongenetica/2020/09/algodon-transgenico-burkina-faso/