La pandemia ha cambiado hábitos importantes en nuestras vidas. Protegernos frente al virus nos ha expuesto a la vez a otros peligros para la salud: inhalación de microplásticos, aftalatos y otras sustancias tóxicas o alteradoras del sistema hormonal.

Hace un año el uso de las mascarillas estaba reducido al ámbito hospitalario o laboral de riesgo, pero hoy, y seguramente por bastante tiempo, forma parte de nuestra cotidianidad. Su uso es una forma efectiva de protección frente al SARS-COV-2 y otros virus como el de la gripe, dada su transmisión  por aerosoles. Las mascarillas han venido, por tanto, para quedarse entre nosotras por una temporada larga. 

Si según la OMS, al mes se necesitan (parausos médicos y público en general) 200.000 millones (sí, doscientos mil millones) de mascarillas en todo el mundo, la elección adecuada de las mismas tiene enorme importancia, tanto por razones ambientales como de salud.  

Veamos estas últimas: 

  • Maskacné. Se conoce como tal al acné provocado en la cara por el taponamiento de los poros, el calor, la humedad y el contacto con sustancias sintéticas de origen petroquímico.
  • Mascarillas con Grafeno. Retiradas en algunos países para la práctica del deporte intenso por riesgos cardiovasculares y de neumotórax. 
  • Mascarillas KN95, FFP2, FFP3 y reutilizables fabricadas con telas no ecológicas. Todas ellas son elaboradas con polímeros como propileno, polietileno, poliestireno y poliéster o tejidos sintéticos que contienen distintos componente químicos (plastificantes, retardantes de llama, etc.) que se volatilizan y que entrañan riesgos para la salud al entrar en contacto prolongado con la piel o el sistema respiratorio .

¿Entonces, qué mascarillas, usar para estar protegidas y evitar riesgos adicionales para la salud. Las autoridades sanitarias han establecido recomendaciones adecuadas proporcionadas a la exposición y al riesgo. 

Si tenemos que estar en espacios pequeños, poco ventilados o con alta carga viral necesitaremos o una EPI (FFP1, FFP2 y FFP3) o las mascarillas quirúrgicas, fabricadas todas ellas en su totalidad con los materiales plásticos antes mencionados. Para el resto de situaciones basta con mascarillas higiénicas con bolsillo para refuerzo de una o varias filtros de tejido no tejido. Las mascarillas higiénicas si además son de triple capa de algodón orgánico y hechas a medida (adaptación total a los rasgos faciales de cada persona, evitando holguras de penetración del virus) ofrecen alta protección de la población frente al virus, a la vez que evita riesgos innecesarios para la salud, el aparato respiratorio y la piel. Y es que LA ECOLOGÍA ES VIDA.