Tapadas por el ruido de las bombas de la guerra en Ucrania se están tomando medidas políticas que pueden afectar seriamente a la salud. El gobierno, a través del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación se dispone a aprobar la importación de cereales de otros países, algunos de ellos (como EE. UU., Argentina y Brasil) productores intensivos de maíz y girasol transgénicos. Para ello, el gobierno va a “suavizar las restricciones fitosanitarias para la importación de cereales”. En otras palabras, llegarán a la estanterías de los supermercados y de ahí a tu plato productos que antes no llegaban porque las exigencias para su consumo “no se habían suavizado”.

Como es conocido, los alimentos transgénicos se producen a partir de la incorporación genética de genes de otros organismos para conseguir determinadas características que aumenten su producción y rentabilidad económica.

Aunque ello suponga, para la salud de las personas, potenciales riesgos para la fertilidad, alteraciones del sistema hormonal, daños hepáticos y renales, resistencia a los antibióticos, aparición de nuevas alergias, posibles mutaciones de virus y hongos hacia especies desconocidas, etc.

España y la Unión Europea utilizan la guerra en Ucrania para ceder ante las grandes multinacionales agroquímicas y meter en nuestras vidas, productos modificados genéticamente de los que no hay experiencia ni memoria evolutiva en en un proceso de millones de años. A los daños a los que nos hemos referido habría que incorporar los medioambientales no menos graves: pérdida de biodiversidad, desaparición de insectos beneficiosos, contaminación de suelos, contaminación genética, incremento del uso de pesticidas, etc.

En definitiva, con decisiones de esa naturaleza, avanzamos hacia el lado malo del desarrollo.En México, donde el maíz es un alimento básico y abundante de su dieta lo tienen tan claro como lo expresa una crónica publicada en el periódico EXPANSIÓN de dicho país (19.03.22), cuando se recogen las declaraciones de Víctor Suárez, subsecretario de Agricultura y responsable del programa de cultivos “que el maíz transgénico y el herbicida glifosato son demasiado peligrosos y que se debe priorizar la producción local y las prácticas “agroecológicas” sostenibles.

El funcionario- según la publicación- citó estudios que relacionan el glifosato con el cáncer y que dicen que daña a los polinizadores como las abejas. Además alegó que el maíz transgénico contamina las cepas nativas del grano de México”. Más claro el agua.

Desgraciadamente, una vez más, va a utilizarse una guerra para incrementar los dividendos de unos pocos a costa de la vida y del planeta. Tal vez sea este un buen momento para experimentar nuevos sabores, olores y texturas acercándonos al consumo de otros aceites cuyos beneficios nos pueden ser de gran utilidad.

Consulta:

https://holadoctor.com/es/alimentacion-saludable/cuales-son-las-aceites-vegetales-mas-saludables

Y, sobre todo, recuerda que aunque los productos ecológicos te resulten ligeramente más caros, lo ganas en bienestar por aquello de que

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