Según la RAE, sostenible es solo eso: sostenible: “1. adj. Que se puede sostener. 2. adj. Especialmente en ecología y economía, que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medio ambiente”.

Por lo tanto, “sostenible” es solo eso: sostenible. No es poco, pero tampoco es más.

Para que se entienda: un producto puede ser sostenible (es decir, que no contribuye a agotar los recursos del planeta) pero puede ser tan insano para la salud humana y animal como el mismo producto elaborado de forma insostenible. Cuando leemos que tal multinacional textil se ha comprometido a que todos sus artículos sean sostenibles no quiere decir que renuncie al uso de materias primas de origen sintético e insalubres, ni a cientos de aditivos químicos para su transformación, ni a priorizar la salud de sus clientes. No; no quiere decir nada de eso.

Veamos, sobre la palabra “sostenibilidad” existen más de doscientas definiciones, lo que nos da una idea de las trampas, intereses e intentos de manipulación que encierran muchas de ellas. Para acabar con tanta confusión, ya en el lejano año 1987, la Comisión Brundtland de las Naciones Unidas definió la sostenibilidad como lo que permite “satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer sus necesidades propias.”

https://www.un.org/es/impacto-académico/sostenibilidad

Treinta y cinco años después estamos muchísimo peor de lo que estábamos porque todo este tiempo ha sido aprovechado por los beneficiarios de un sistema depredador de recursos para hacer negocios sin reparar en las tropelías que cometían. Y cuando hoy, todas esas firmas que han esquilmado el planeta anuncian a bombo y platillo su compromiso con la “sostenibilidad” en realidad están anunciando dos cosas:

1) Que ahora sí la situación ya es insostenible (cambio climático, destrucción grave de la biodiversidad, riesgo químico, etc.).

2) Que tratan de seguir haciendo negocio, lavándose un poco la cara, pero sin cambiar el actual modelo de consumo, que tantos beneficios les reporta.

Más claro aún, y con un ejemplo del sector textil, pero extrapolable a cualquier otro sector: quienes nos anuncian la “sostenibilidad” de sus prendas, como si de un nuevo paradigma de la salud personal y colectiva se tratara, lo que en realidad nos dicen es que las prendas que antes fabricaban con plásticos de primera obtención ( Nailon, poliamida, poliéster, polietileno, polipropileno, etc…) ahora lo harán reciclando prendas recogidas en los contenedores o en el mar.

Algo que es muy importante, pero insuficiente porque excluye la variable salud de ese esquema de mejora. No se trata solo de producir mejor sino de proteger la salud de la población, y más especialmente de las criaturas, mujeres y personas de riesgo:

En definitiva, para no ser engañadas, y poder adoptar decisiones de consumo responsables, es muy importante tener las ideas claras porque, en nuestra opinión…

SI LA INFORMACIÓN ES PODER,

LA ECOLOGÍA ES VIDA.